domingo, 25 de abril de 2010

Diego y la risa

Diego ya se ríe mucho. Al mes y medio de nacer la pediatra nos preguntó si ya se reía, y nos quedamos preocupados por que sólo reía en sueños. Pero ya se ríe con soltura, ríe en sueños y despierto cuando le hablas, te regala una sonrisa tan grande que te ilumina para el día entero. Esperemos que nunca deje de reir, al menos sus papis intentarán que su risa sea una de sus armas contra la maldad del mundo.

Para él, para que no lo olvide ni lo olvidemos nosotros, un par de momentos de Miguel Hernández sobre la risa, y un texto que sobre ella escribieron Alberto Lecchi y Daniel Romañach para su magnífica película "El dedo en la llaga", protagonizada por Juanjo Puigcorbé y Karra Elejalde.

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Miguel Hernández




Sonreír con la alegre tristeza del olvido.


Sonreír con la alegre tristeza del olvido.

Esperar. No cansarse de esperar la alegría.

Sonriamos. Doremos la luz de cada día

En esta alegre y triste vanidad del ser vivo.


Me siento cada día más libre y más cautivo

En toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.

Cruzan las tempestades sobre tu boca fría

Como sobre la mía que aún es un soplo estivo.


Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece

Como un abismo trémulo, pero valiente en alas.

Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.


Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.

Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.

Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.


Miguel Hernández.



El dedo en la llaga.


Reirse, es la forma más sublime de la resistencia, ¿ entendéis?

Risa, la que soñó el poeta: ponedora de alas,

Quitapenas;

Que derrumbe los muros y nos haga

No despertar de lo que siempre se despierta.

Reír a gritos, saludablemente,

Ante la cara del verdugo, del tirano;

Reir hasta que entiendan que es en vano,

Pelear a ciegas contra la alegría.

¡Reid, que suene como decir

“No”!

¡Reid, que suene como decir

“Basta”!

Arremetiendo contra los molinos, con la risa como escudo...

¡...y como espada!

Hasta que una insolente carcajada, llena de convicción

Y de firmeza

Estalle desafiante ante el que manda,

Cada vez que decrete la tristeza.


Alberto Lecchi y Daniel Romañach