domingo, 19 de abril de 2009

Para nuestro Fran



Parece mentira que una cosita tan pequeña ocupe tanto espacio. Y ahora la casa parece muy vacía sin él. Y nosotros tenemos la sensacion de tener demasiado tiempo ahora que no tenemos que cuidarle, ni que darle sus medicinas escondidas en salchichas, ni subirle al sofá ni limpiar sus meaditas en el salón. Así, tan pequeño y tímido, se llevó un gran pedazo de nuestro corazón.
Queríamos escribir este texto como un homenaje a él, a su mirada cada vez más confiada e inocente, a su fuerza y sus enormes ganas de vivir. También lo necesitamos nosotros, para recordar todo lo bueno de él y no quedarnos anclados en el momento de su pérdida. Al final venció la enfermedad, era inevitable aunque nunca lo quisimos creer, pero él venció la batalla a la tristeza y se fue al cielo con una familia. Quizás, como dice Estrella, sólo estaba esperando eso para irse en paz, y cuando nosotros pedimos oficialmente su adopción dejó de ser huérfano y eso le permitió descansar.


Fran llegó muy asustado y desconfiado, pero un poco de jamón y mucho cariño obraron la maravilla y en menos de una semana ya nos exigía caricias y comida. Era un perrito con carácter. Estábamos muy animados y orgullosos de verlo progresar, nos hacía gracia el ver cómo imitaba a Porthos en todo, cómo se apropió de su camita y cómo empezó a venir a la nuestra. De vez en cuando se nos quedaba mirando y el cariño y el agradecimiento se volvían casi físicos. Creo que eso era lo mejor, sus miradas. Creo que en el mundo hay, entre otros, estos dos tipos de personas: los que rompen y destruyen sin ninguna razón, y los que tratan desesperadamente de subsanar el mal que se ha hecho sobre otros seres vivos. Fran nos permitía ser del segundo tipo, y la verdad es que verle feliz simplemente nos hacía felices a nosotros. Empezó a mover el rabito, no como Romy y Porthos, que lo dejan muy arriba y lo mueven sin parar, sino más abajo, con timidez pero con alegría. Y nos venía a saludar cuando llegábamos a casa, y ladraba de excitación. Una espina que se me quedó clavada es que ya llegó algo cansado y no le pudimos ver corretear con sus dos nuevos hermanitos, como le había visto en los vídeos de Arca de Noé. Pero sí defendía su palito de piel de buey con mucho ahínco, y no dejaba que Porthos – acostumbrado a rondar a Romy y quitarle el palo en cuanto ella se descuida- se acercara a él en esos momentos, y aunque al principio no podía subirse solo al sofá o a la cama, consiguió tener fuerza suficiente en las patitas para hacerlo. A veces se quedaba mirando al horizonte a través de la ventana durante un buen rato, entonces se volvía, me miraba y volvía a mirar el horizonte. Todas esas veces me daba la impresión de que se estaba despidiendo, y esos momentos siempre estaban llenos de paz. Una vez tuvo una pesadilla y gimió en sueños, pero creemos que fue solo una vez. Y también le robó el sitio a Porthos en nuestra cama, se ponía entre los dos y dormía con nuestros brazos protegiendo su frágil cuerpecillo. Porthos estuvo enfadado los primeros días que Fran estuvo en casa, y “dejó de hablarnos”, pero no tardó en acostumbrarse y querer jugar con el nuevo hermanito. Hicieron las paces cuando Porthos empezó a lamerle las orejas. Tenía varias posturas muy graciosas: se hacía un ovillo para dormir y muchas veces colocaba su patita en la mejilla, como si fuera un niño de Primera Comunión, o se estiraba del todo para aprovechar el sol, o se giraba para mirarnos cuando estaba subiendo al sofá. También se ponía de espaldas para que le acariciásemos la barriguita. Un día nos sorprendió redistribuyendo por todo el salón unos pañales que eran para nuestra sobrina y que había sacado de una bolsa que teníamos en la entrada: se llevó varios también a su cama y jugó con ellos, ese día fue muy especial. Le encantaba comer chuches, y siempre que estábamos en la cocina, hasta el final, aparecía con las orejas levantadas y cara de “¿hay algo para mí?”. Pero lo que más le gustaba era recibir caricias, entornaba los ojos y ronroneaba ligeramente, y si dejabas de hacerlas te ladraba o te lanzaba la patita pidiendo más. Superó un problema de corazón que le hacía desmayarse justo al principio de llegar, después una bronquitis y, cuando aún no habíamos terminado el tratamiento de amoxicilina, empezó a retener líquidos muy rápido. Pero lo superó todo, era un perro muy fuerte con muchas ganas de vivir. Se estabilizó justo al empezar el año, y no tuvo más recaidas graves. Pero al principio de la Semana Santa empezó a dormir mucho, y ya no se bajaba del sofá para saludarnos al llegar, pero seguía apareciendo en la cocina como un rayo cuando estábamos en ella. Nos aferramos a eso para no pensar en lo peor. El sábado por la tarde empezó a decaer muy rápido, y el martes de madrugada vino a nuestra cama a dormir, y allí nos dejó. Nos quedaremos con eso también, siempre que se encontraba mal venía a buscarnos y eso es un orgullo para nosotros.
Hay tantas cosas de él que no queremos olvidar… pero creo que estas son las más importantes. Por suerte le hicimos muchas fotos y algunos vídeos, y él, nuestro rubito, ya tiene un hogar que puede llamar suyo en nuestro corazón.




Los animales te enseñan muchas cosas, y, por encima de todo, te enseñan a amar, estamos convencidos. Eso fue lo que Fran nos enseñó, aumentó nuestra capacidad de sacrificio y no nos importaba limpiar la casa cada dos por tres, o llevarle al veterinario cada dos días, o levantarnos para darle sus medicinas o llevarle en brazos y darle pomada en sus diversas heridas, que él disfrutaba tanto por ser como un masaje en diversas zonas de su piel. Todo estaba bien con tal de verlo feliz. Y esta capacidad de darse que él hizo crecer en nosotros nos acompañará toda la vida y estoy convencida de que nos hará mejores padres, mejores esposos, mejores hijos y amigos.
Leí hace poco que la vida se componía de fragmentos, todos preciosos. Fran, en cuatro meses, llenó nuestros días de tantos momentos preciosos que ahora lo que tenemos es un tesoro en el corazón. Eso es mucho más de lo que puede decir mucha gente, y no nos arrepentimos de haber invertido tiempo en Fran a pesar del dolor de su pérdida, tiempo que ojalá hubiera sido más, y no sólo los cuatro meses que estuvo con nosotros. Cuatro meses de vida que él le robó al destino como un auténtico héroe. Así era nuestro perrito.


Fran, cariño, te echamos de menos, y jamás te olvidaremos, eres parte de nuestra familia. Te queremos.

9 comentarios:

Carlos Márquez Linares dijo...

Me has hecho saltar las lágrimas, pensando en nuestra pobre Kai, la perra más buena del mundo, que nos dejó hace apenas un mes. Seguro que ahora andarán correteando los dos en ese cielo de los perros donde cada uno tiene su árbol especial.

Un abrazo muy grande.

ANA dijo...

precioso homenaje a un perro tan lindo... El amor rezuma y el cariño que nuestros perros nos ofrecen es inagotable...

Más que nada, son nuestros amigos.
Siento mucho su pérdida...
Y no te quepa duda, tienes razón. Estaba esperando a recibir vuestro cariño para descansar.

Un beso y ánimo preciosa

Mavi dijo...

Precioso, yo tampoco he podido evitar las lágrimas.
No me cansaré nunca de daros las gracias por todo lo que hicísteis por Fran.
Un abrazo muy fuerte, ya sabéis que podéis contar conmigo.
Besos

Anónimo dijo...

Muchas gracias por recordarlo asi.. gracias a ti Fran vivio 4 meses como se merecia.

GRACIAS.

Vero Arca de Noé

Inés dijo...

Lo siento mucho muchisimo. Difundo todos los días muchos casos en mi blog(por desgracia) pero unos te llegan más que otros. Que contenta me puse cuando me enteré de su acogida, sus fotos donde se le veia tan bien. Que disgusto más grande tengo, de verdad. Y el texto precioso, me ha hecho llorar. Me he tomado la libertad de copiarlo y difundirlo en mi blog "bonito" como homenaje a él
Mucho ánimo y gracias por cuidar de él

Estrella_ArcadeNoé dijo...

Es precioso lo que has puesto, te debemos tanto por la ayuda y la vida que le diste.
Esos meses para el lo fueron todo, en muy poco tiempo descrubio cosas que jamas hubiera imaginado que existían, a su edad encontró una familia, afecto, tranquilidad, feicidad y un gran hogar.
Sois estupendos Fran dejo este mundo siendo un perro feliz y con familia.
Gracias por lo que hicistes, un abrazo a los dos.

Saludos.

Estrella Arca de Noé

Anónimo dijo...

María José, no tengo el placer de conocerte pero si que tengo la sensación de que Fran era un viejo amigo porque he seguido su historia en varios blogs y en la web de ArcadeNoe.
La noticia me ha entristecido mucho pero también me ha alegrado saber que vivió los ultimos meses rodeado de tanto amor. Eso es lo importante, se pudo ir feliz y habiendo regalado a unos "verdaderos humanos" momentos inolvidables, lecciones de vida y amor incondicional. Esa es la conclusión a la que llegué cuando perdí a Tinto, tan solo 3 meses despues de haberlo adoptado en otra protectora de Sevilla. El también era un podenquito, él también dejó una huella imborrable.
Gracias a Fran he descubierto una gran persona. Tu blog es un camino de sorpresa en sorpresa. Gracias por Fran, gracias por todo. No lo digo por decir: hace 4 meses adopté mi segundo amor en Galgos112.
Tienes todo mi apoyo en estos momentos dificiles.
Un abrazo.

Anna

Anónimo dijo...

has logrado poner en palabras muchos de los sentimientos que tenía cuando hace dos años murió Noah. Muchas gracias por su lectura

Montse

Marta Chicote dijo...

Em cuanto he leído tu mail, he venido a ver este precioso homenaje.
Dice mucho del pequeño Fran, pero dice más aún de ti.
He tenido que repirar hondo para que no se me saltaran las lágrimas al leerlo. Lo siento muchísimo. Y sé cómo os sentís. Todos los que somos amantes de los animales y tenemos en casa sabemos lo que se les llega a querer y todo lo que aprendemos y nos enseñan. Y los que hemos tenido la desgracia de pasar por una pérdida así, sabemos lo que es.

Yo a veces me sentía incomprendida cuando lo pasé tan mal por la pérdida de mi perra y notaba que algunos no podían entender mi estado por la muerte de "un perro"...
Así que, puedo imaginarme tu estado y comprenderte. Siento que lo estés pasando mal y te mando un abrazo enorme.
Ojalá pronto pueda dártelo en persona.

Un beso enorme!